Cuando un año atrás Zayn Malik anunció que dejaba One Direction, su idea era -o al menos eso decía- pasarse al bando de los que viven una vida normal. La cuestión fue que mientras aprendía cómo se hace eso que quería hacer, decidió que ya era demasiado, se puso a grabar su primer disco solista, lo editó y su plan estalló en mil pedazos por el aire.
Publicado el 25 de marzo, Mind of Mine, que así se llama el primer trabajo del muchacho nacido hace 23 años en West Yorkshire, en el norte de Inglaterra, debutó en la cima de los rankings del Reino Unido, los Estados Unidos, Australia, Canadá, Noruega y la lista se extiende a otros 64 países; se convirtió en el primer solista británico que alcanzó con su álbum debut el número uno en su país y en Norteamérica, donde además se transformó en el segundo artista de las islas en lograrlo, después de que en 2012 lo consiguiera, justamente, su ex banda. Y como si todo eso fuera poco, el video del single Pillowtalk, que protagoniza con su novia, la modelo Gigi Hadid, posiblemente supere hoy mismo los 360 millones de visitas. Una repercusión que sorprendió al propio cantante.
¿Te preocupaba que tu nueva propuesta no atrajera a todos?
Creo que uno siempre se preocupa por ciertas cosas. Pero lo principal es lo que uno piensa siempre, que es tratar de llegar a la gente a la que querés llegar, diciendo lo que tenés que decir. Por lo tanto, si algunos se ofenden, no son las personas a las cuales estás tratando de llegar. Entonces, te concentrás en lo que querés presentar, y esperás que a la gente le guste el mensaje. Pero hasta ahora la reacción ha sido sorprendente. Obviamente, las fans han estado detrás de todo, y el respaldo ha sido realmente bueno. No esperaba semejante reacción. Las otras dos únicas personas que hicieron eso fueron Adele y Elton John, así que sentí que es muy loco haber logrado algo así. No lo esperaba, pero lo disfruto. Es divertido.
¿Eras consciente de la cantidad de fans que tenés?
Un poco. Cuando sacamos el primer single y fue número uno en tantos países, tuve una escala de eso. Realmente fue un poco arrasador. No me lo esperaba para nada. Pensé que a poca gente de la de antes le gustaría; no a toda.
¿Se puede plantear “Mind of Mine” como un recorrido emocional?
Realmente, no sabía qué esperar cuando me aventuré a hacer un disco solista. Para ser honesto, lo que quería hacer era, simplemente, sacar a relucir mis ideas y mostrarle a la gente mi proceso de pensamiento y el tipo de música que tuvo influencia en mí y que me hizo desear convertirme en músico. Por eso se llama así. Es verdad que hubo un montón de emociones puestas ahí, pero principalmente me entusiasmaba ver lo que pensaba la gente de mi proceso creativo personal.
¿Hay algún modo en el que puedas resumir el sonido del disco?
No diría necesariamente que se encuadra en algún género musical determinado; creo que es una especie de mezcla de cosas diferentes. Así como una canción no es ni siquiera un género, mi disco tiene cosas de distintos lugares. Soy yo, es mi pensamiento y es mi visión. Creo que eso es lo que es Mind of Mine.
¿Sentís que pudiste experimentar nuevas ideas en tus canciones?
Algo de eso hubo. En términos de cuál es la canción en la que más pude hacerlo, diría que es Flower. Pero no fue necesario esforzarme, sino que fue hacer algo que supuse que la gente no esperaría que hiciera.
¿La idea es profundizar en ese sentido, o te sentís más cómodo en lo que ya conocés?
No me interesa presentarme como un artista de un género típico, como el Rhythm & Blues o lo que sea. Tan sólo muestro mi música y si a la gente le gusta, está bueno. Y para lograrlo, quiero tener la libertad de experimentar.
¿Recordás el momento en que decidiste hacer un disco solista?
Sí, creo que tomé esa decisión hace mucho tiempo. Probablemente alrededor de los 16 años. Pero también creo que uno siempre necesita un poco de confianza en uno mismo, o coraje para presentar algo en cualquier forma artística o personal, que estás tratando de mostrarle al público. Definitivamente, me tuve que armar de un poco de valentía para salir a mostrarlo. Por eso, poder finalmente hacerlo, y plasmar todas mis ideas, fue una sensación liberadora.
¿También puede ser considerado como el cierre de un ciclo?
Un poco. Cuando estás componiendo y te sumergís en el proceso de pensar y escribir algo específico, tendés a escribir de una cierta manera. Y cuando eso se termina, instantáneamente comenzás a escribir sobre cosas más libremente, y a expresar cosas distintas y a pensar fuera de la caja. Podés decir las cosas de una manera diferente. Así que en el momento en que lo descubrí, el disco estaba terminado. Fue algo así como “tranquilo, ahora puedo ir al estudio y comenzar a escribir nuevamente”. Es interesante, es como que te quitás un peso de encima; aunque también se siente el peso de lo próximo que tenés por hacer. Siempre estoy así, siempre estoy pensando en lo que viene.
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